A Antonio José lo mató la volqueta que estaba alistando para trabajarla

La tarde del sábado siete de enero en Barrio Triste, fue mucho más triste tras el accidente que se presentó cuando Antonio José Durango Pérez, quedó aprisionado por el pesado volco de la volqueta que le venía trabajando días atrás.

La tragedia que acabó con su vida se presentó, alrededor, de las 3:15 p.m., cuando el volco se desprendió y aplastó partes del cuerpo de este buen vecino de la zona nororiental. El ruido fue impresionante y alertó a quienes se encontraban por el sector, pero el peso de la tolva de esta volqueta no permitió auxiliarlo. Todos quisieron ayudar, pero las circunstancias no dejaron. En el mismo sitio, infortunadamente, falleció. Tenía 59 años.  

El accidente se presenta en el momento en que le están cambiando las mangueras al sistema hidráulico del volco. Según testigos, Durango Pérez, al desconectar las mangueras no tenía por qué estar en medio del volco, sino a un lado o debajo de la volqueta, pero nunca en medio del chasis.

El informe de las autoridades indica que en este instante, gatos y tacos de madera que sostenían el volco, ceden y es cuando cae sobre el cuerpo de Antonio José, principalmente, en la cabeza y el cuello.

Recordemos que muy cerca de este lugar, a escasas cinco cuadras, se encuentra ubicada la Estación de Bomberos de Libertadores, quienes atendieron rápidamente esta emergencia. Justamente, fueron ellos quienes retiraron el cadáver, luego de levantar el volco con un montacargas.    Al parecer el accidente se dio por la falta de pericia de Antonio José sobre la tarea que estaba haciendo en ese instante, en la carrera 59 con la calle 45A.

Trabajó muchos años para Santo Domingo Savio

Su hijo, Gabriel Antonio Durango, le dijo a EL NORORIENTAL, que él había trabajado siempre como conductor de bus en la ruta a Santo Domingo Savio; luego como taxista, y ahora se preparaba para conducir esa volqueta, pero también le gustaba mucho los trabajos de mecánica.

 “Yo me di cuenta de la muerte de mi padre, porque amigos de él, que hacen parte de la mancha amarilla (taxistas), me escribieron por el whatsapp, incluso me enviaron fotos de él y eso me puso supremamente mal”, dijo Gabriel Antonio. Esta familia reside en la Urbanización Oasis del Jardín, que queda en la calle 92b con la carrera 36, Comuna 3, Manrique, en la vía que va a Santo Domingo Savio. “Siempre lo recordaré como una persona tranquila, alegre y muy atenta a las demás personas; a toda persona que pudiera colaborarle, lo hacía, era muy servicial, por eso fue que murió; era muy trabajador”, argumentó su hijo menor, Gabriel Antonio Durango.

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