Los 50 años de la Corporación Juvenil la Comuna fue la excusa de sus fundadores para reencontrase
Una agradable reunión se llevó a cabo en la Casa de la Cultura de Manrique, para celebrar los 50 años de lo que se llamó primero, Club Juvenil La Comuna, ahora identificada como la Corporación Juvenil la Comuna. Allí se reencontraron, según ellos después de tantos años, quienes fueron protagonistas de este importante movimiento que ha servido para inculcar valores, una vida sana, a través del deporte y actividades culturales, para los jóvenes de este sector de la ciudad.

El evento se aprovechó para ovacionar y reconocer el apoyo que el Club Juvenil ha recibido a lo largo de todos estos años, por parte del padre Winfrido Vercrayer, quien por más de cuatro décadas, fue el cura párroco de El Santo Sepulcro. Allí él se dirigió a los asistentes y les sintetizó su labor en Medellín e invitó a poner todos los planes en manos de Dios.
La Corporación Juvenil la Comuna tuvo como componentes deportes como el baloncesto, voleibol, atletismo y la ciclo vía, que en un comienzo funcionó sobre la carrera 45, y ahora, por la llegada del Metroplús, se trasladó para la carrera 44. También estimuló la cultura con los comités de danzas, de guitarra, a través de estas actividades se desarrollaban los jóvenes desde lo deportivo y lo cultural.
Desde acá también se gestó el Comité de Integración de la Zona Nororiental, el CIZNE, en la que participaron líderes de la cuatro comunas del nororiente: Santo Domingo Savio, Santa Cruz, Manrique y Aranjuez. Igualmente, salió el Club de Amigos del Río Medellín, quienes organizaron el Bote –Paseo, y posteriormente, dio origen a la Liga de Canotaje.
Fue muy emocionante esta ceremonia en la que se vieron varias generaciones: Guillermo Rojo Londoño, Rafael Zapata, Julián, Silvia, Jorge e Iván Álvarez (de la misma familia), Álvaro Villada, Héctor Castaño, Jorge Giraldo, Jaqueline Sucerquia Cardona, Amador López Moreno, Silvia Tamayo, Jhon Jairo Pérez López, entre otros; Luis Carlos Molina, el actual coordinador, representó la última generación. Muchos de ellos estuvieron en el auditorio.
Recordemos que la Casa de la Cultura se encuentra en lo que fue el Teatro Lux, y, al lado norte, funcionó el Teatro Manrique. Estos teatros fueron el epicentro social de Manrique, durante las décadas de los años sesentas, setentas y principios de los ochentas.