En el barrio Aranjuez existe un negocio bastante reconocido, muy visitado por sus clientes. Pero lo que quizás desconoce mucha gente, es que para llegar a ser lo que es, soportó una metamorfosis de legumbrería a ferretería. Así fueron los comienzos de la Ferretería Don Fulano, que está cumpliendo 30 años de existencia.
El cerebro de todo esto fue don Víctor Manuel Vélez Salazar, quien a la postre se convirtió en todo un personaje en este barrio. Este señor de 72 años, en el mes de octubre de 1988, inició lo que es hoy este próspero negocio, pero no era una ferretería, sino una legumbrería, que tenía el mismo nombre; este negocio se mantuvo cuatro años, porque después se transformó en un granero, siempre con el mismo nombre, Don Fulano.
El Granero Don Fulano prestó servicios durante doce años, y ante la decisión de sus siete hermanos de fundar Mercados Vélez, don Víctor Manuel opta por acabar su granero y le da vida a la Ferretería Don Fulano, que tuvo sus inicios en la calle 94 con la carrera 50 C. Todos los negocios han estado en este sector del barrio Aranjuez.
Ante la rápida expansión del negocio, se adquirió un lote, dos cuadras más arriba, calle 94 con la carrera 50A, para construir un edificio que cumpliera con todas las especificaciones para almacenar y atender de mejor manera a la amplia clientela. “Como estábamos creciendo, ameritaba un local más grande para la cantidad de mercancía que se almacenaba y rotaba”, así recuerda don Víctor, cómo fue que se hicieron al actual local.
Surtido de “apoquitos”
Sí, por eso en estos días la Ferretería está cumpliendo 30 años de prestarles servicios a los habitantes de la Comuna 4, Aranjuez. Son tres décadas que han permitido cultivar una amplia clientela, gracias a una muy buena atención, a la honestidad, a la variedad de referencias en sus productos – se manejan cerca de 8 mil referencias-; y precios muy favorables con respecto a los del mercado.
Recuerda don Víctor Manuel que sus primeros surtidos eran una cajita de toma Leviton, seis suichecitos de muro de tal, seis suichecitos de muro de otra referencia; dos tarritos de pintura, dos cuarticos de pintura; unas cositas de PVC; unas diez referencias de eléctricos, unas veinte de pinturas. Ese surtido lo conseguía abajo en Guayaquil, en la Distribuidora Leviton.
“Mi mayor satisfacción es ver cómo esta idea que yo fundé la hayan continuado mis hijos, y ver cómo van creciendo con la ferretería, generando empleos a familias de mi barrio”, dijo don Víctor Manuel. También les hizo un homenaje a sus hijos cuando manifestó que “ellos son excelentes muchachos, siguieron mi ejemplo de trabajo y honradez con las personas, además del buen servicio que prestan”.
Son tres hijos, dos varones y una mujer; Víctor Hugo, es el representante legal; y Gustavo es el director de compras. Su hija, Sandra, tiene con su esposo otra ferretería, Ferrevelez, localizada en el mismo sector.
¿Por qué Don Fulano?
Con respecto al curioso nombre, don Víctor Manuel, narró así el origen de “Don Fulano”: “este negocio se llama así en honor a mi papá. Cuando yo tenía la legumbrería, él se iba con todos sus amigos veteranos a jugar dominó allá, y ya en la tarde, cuando entraban las personas a comprar las legumbres, los clientes lo saludaban hola, don Gustavo, y él a todos les respondía, hola don fulano. Y así se escogió el nombre de la ferretería”, recordó. Y anotó que ha sido un nombre que “ha dado mucho palo, además de que es muy novedoso para la gente”.
Esta numerosa familia es oriunda de Gómez Plata. Su padre, don Gustavo, se vino, en el año 1959 para Medellín, con sus 14 hijos. Desde un comienzo llegaron a Aranjuez.
Esta reconocida familia goza de gran aprecio en Aranjuez, no solo por su don de gentes, sino por su interés de generar empleos en los distintos negocios que han creado.
Justamente, Ana María Hoyos, una de las empleadas de Ferretería Don Fulano manifestó que en la página web: www.donfulano.com.co se relacionan las vacantes vigentes, para que los interesados puedan descargar allí sus hojas de vida.